martes, 11 de octubre de 2011

SONIDO MUSICAL AL ESTILO DE CALI.

Hay la creencia de que la aceleración de las grabaciones musicales se inició en Cali a raíz de querer bailar en mejor forma el boogaloo. Yo les voy a contar lo que me consta, quizás alguien de los amigos que lean este escrito pueda testimoniar algo al respecto.
Yo siempre fui un adicto a la música, pero no a un género en particular sino a toda. Con mi primer sueldo que devengué en Cali efectué una de las compras más importantes de mi vida, un LP de Miguel Matamoros con su Cuarteto Maisi y un disco de pasta de Charlie Figueroa. Mis primeras prestaciones sociales recibidas en Bogotá fueron invertidas en varios LP, la maleta para traerlos a Cali y el pasaje. Cuando me acuerdo me da pena, porque era tanta la emoción que no se me ocurrió traer algún regalito. En el paquete de discos comprado en San Victorino traje uno de Ricardo ¨Richie¨ Ray, en el cual aparece la expresión ¨introducing the boogaloo¨. Ya en Cali se conocía a Richie, más que todo por la Pachanga Medley, no por las emisoras de radio sino porque en los 60´s había algunos bares, grilles y discotecas, como también muchachos que alquilaban equipos de sonido o hacían bailes cobrando una cuota, entre ellos Nieto, Happy Rithms, los de El Lago y otros que se me escapan, los cuales impusieron ¨el ritmo del otro lado¨, o sea las pachangas y charangas de Tito Rodríguez, Charlie Palmieri, Eddie Palmieri, Tito Puente, Jhonny Pacheco, Sexteto La Plata, Sexteto La Playa, y muchos más. Pero no se había escuchado el Boogaloo. Mi amigo Diego Loockie, armó también su equipo de sonido y con la música que yo tenía también amenizábamos bailes con el nombre ¨Ritmo Las Villas¨. Te acordás hermano? Claro que se acuerda porque ahora en West Palm Beach, es el de la bulla los fines de semana, ahora es Mr. Dieguito.
Recuerdo los almacenes de música de la calle 11 entre carreras 7ª y 8ª, Casa Musical, de Alcibiades Bedoya, en donde vendían los discos de producción nacional y Paz Hermanos, en donde se conseguía ¨la música del otro lado¨. Recuerdo también de la época, "el baile de ganzo" y el del "bote" (más aguacate como diría Héctor Lavoe). Nada que ver con los rumberos.
En el ambiente social caleño la música decente para bailar era la tropical colombiana, para diciembre la raspa y para escuchar la andina y romántica interpretada por duetos, dúos, tríos y orquestas de salón. En el medio juvenil se imponía el rock and roll de Elvis Presley, Billy Haley, Budy Holly y otros, pero en el medio popular de barriada se decía que la música para hombres eran ¨la melodía¨, o sea los tangos, los boleros rítmicos y similares, y para bailar la música antillana, como la de La Sonora Matancera, Orquesta Riverside, Los Jóvenes del Cayo, El Conjunto Casino, la orquesta de Dámaso Pérez Prado y todas las similares de las cuales nos llegaban discos de 78 R:P:M. La Billo´s Caracas Boys que antes se ubicaba entre las duras del ritmo antillano se convirtió después en la intérprete de música tropical colombiana número uno secundada por Los Melódicos.
En la radio se escuchaba básicamente la música colombiana, la andina todos los días y los domingos la de baile, como cumbias, gaitas, porros, etc. Claro está que también se escuchaba la música antillana, pero no en todas las emisoras, sino en aquellas en donde se colaba algún rumbero. Había programas especializados.
Fue muy popular Radio Libertador, que era una emisora que emitía programas como La Hora de la Mayor Alegría y Voces del Aire, durante los cuales se escuchaba música variada, Ritmo de Bolero, en el cual el rey era Pepito López. La hora de los tangos y La Hora de los Recuerdos.
En Radio Reloj, emisora que era tan popular que parecía que ya no era de los dueños sino de nosotros, escuché por primera vez un disco adelantado de 33.33 a 45 RPM y no fue un boogaloo, sino MI SONCITO de Eddie Palmieri con su Orquesta La Perfecta, interpretación musical que en versiones posteriores y la de La Sonora Matancera se ha denominado EL SON DE LOS VIEJITOS. Eso sucedió un domingo, a las 10;00 A.M, aproximadamente, yo pensé que había sido un accidente y que no se habían dado cuenta, pero no fue así porque lo repitieron varias veces, no sé si fue Heriberto Herrera, el locutor de turno o alguien que se le metió al estudio, el que cometió tal atrevimiento.
A mí me sonó bien el supuesto error e influenciado por el mismo, como había adquirido un tocadiscos de pasta marca Philips, el cual tenía un mecanismo sencillo, le hice unos cambios en una lámina con muescas que producían la velocidad a los discos. Yo introduje entonces velocidades de 35, 37, 40 y 47 RPM, adicionales a 33.33, 45 y 78 que eran las que se reproducían. Posteriormente mi amigo y socio musical adquirió un tornamesa Garrard, al cual le extrajimos el buje que producía las velocidades y lo llevamos a un torno en el Barrio San Nicolás. Para entonces ya teníamos la forma de reproducir los discos de acuerdo a como nos parecía que sonaban mejor. De tal manera que algunos boleros muy lentos los hicimos más agradables para bailar, lo mismo algunas guarachas, cha cha chas, guajira, mambos, sones y todo ritmo musical que según nuestro distorsionado gusto musical ameritaba el cambio. Cuando se impuso el boogaloo ya era generalizado en Cali el adelanto de las versiones pero de 33.33 a 45 R:P:M., sin embargo en Ritmo Las Villas disponíamos de nuestras propias velocidades.
Los productores de tornamesas tocadiscos, captaron la idea, no sé de donde, si de Cali o de otra región del mundo, y modificaron sus equipos. El primero que tuvimos a disposición fue un Lenko que mi inquieto amigo Diego Lucky consiguió.
En la actualidad con el advenimiento de la era digital tenemos una gran diversidad de software musical que incluye los cambios graduales de velocidad de los archivos musicales. El Windows Media Player, el Club Dj Pro, El Tracktor, el Virtual Dj, el Jet Audio y muchos más lo poseen. El que me parece más curioso es el Tactile 2000, porque presenta una similitud con un tornamesa doble, el cual puede ser tocado en 33 o en 45 R.P.M., además de incluir la posibilidad de adelantar o retrasar 8 revoluciones. En ocasiones lo uso, lo cual me introduce al túnel del tiempo ubicándome en el pasado cuando llegaron los tornamesas que sacaron del mercado a los discos de pasta de 78, ya que solamente con ellos se podía reproducir discos pequeños de 45 y los L.P. de 33.33 revoluciones por minuto.
RA

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