domingo, 17 de julio de 2011

JULIO TRISTE DE 2011

Este julio nos trae en su cúmulo de eventos faranduleros el recuerdo de grandes personajes que nacieron en este mes, basta mencionar a Fruko (Julio Ernesto Estrada), Charlie Cardona (ex Grupo Niche, Grupo Clase y solista), Alexis Lozano (Grupo Guayacán), Antonio Machín (quien introdujo El Manisero y con ello la música antillana a USA.), Bienvenido Granda, Aniceto Díaz, Mario Bauzá, Olimpo Cárdenas, Linda Ronstadt, Tony Vega, Carl Tjader, Rubén Blades, Generoso Jiménez y yo.

Pero también se recuerda a quienes se han ido como: Olga Guillot, Compay Segundo, Pablo Lebrón, Celia Cruz, Tito Cortez, Sindo Garay.

Ahora, despedimos con aplausos a uno de los intérpretes hispanoamericanos más grandes que ofreció Chile al mundo, Antonio Prieto, quien con El Reloj, La Novia, La Calle del Pecado, Son Rumores y muchas canciones más, anduvo por el mundo deleitando a sus gentes con su maravillosa voz. El regresó después de muchos años a su amada tierra cantándoles la Huija, canción muy linda, llena de sentimiento y patriotismo. Gracias Antonio, gracias Chile.

ANTONIO PRIETO



Y aunque algunos sufran del delirio de eternidad, la mayoría somos conscientes y consecuentes con la verdad, llamémosla absoluta: todos terminaremos nuestro viaje terrenal. Es normal. Pero lo que es inexplicable y absurdo, es que alguien tire abruptamente del tren de la vida en plena marcha, a un pasajero que nos ha estado deleitando durante el viaje con sus bromas y canciones inteligentes. Pero sucede, y todos los días lastimosamente, más que todo en nuestro mundo latino y americano. Enmudecieron en estos días a Facundo Cabral, rogamos por él y le damos también nuestras gracias por todo lo que nos aportó a quienes escuchamos. Gracias Argentina por tan valioso hijo que nos diste.

FACUNDO CABRAL


LUIS ALBERTO “TITO” CORTEZ BORIA

Llamado “El Ciclón del Caribe” nació en Tumaco (Nariño) un día cualquiera de 1929, trasladándose a Santiago de Cali, ciudad que lo acogió como hijo propio y que fue su sede y punto de partida y regreso de su extenso itinerario de viajes. Tito fue un ídolo en todos los gustos ya que su versatilidad lo llevó a interpretar ritmos bailables, melodías románticas y canciones nostálgicas. Incluso en lenguaje parlamento.
Grabó especialmente boleros y guarachas, pero también pasillos y rancheras. Fue de gran aceptación en todo Colombia y muy acogido en Ecuador, Venezuela, Guyana, México y demás países centroamericanos.
Fueron numerosas las agrupaciones musicales que acompañaron a Tito y con muchas de ellas grabó, entre las que recordamos el Conjunto de Antonio Holguín, La Orquesta Los Búhos, El Mariachi Los Camperos, Cartaya y sus Antillanos, El Grupo Casino Junior., las guitarras de Chepe Aguirre, La Colombia Lira, El Combo Dorado, El Combo Junior, El Conjunto Costeño, La Orquesta de Edmundo Arias, La Orquesta de Enrique Aguilar, Las Estrellas del Caribe, Los Hermanos Varela, El Conjunto de Johnny Chagualo, El Mariachi de Plata, El Mariachi Fuentes, El Mariachi Pancho Villa, Los Piratas de Bocachica, La Sonora del Caribe, La Sonora Juanchito, La Sonora Juventud, La Sonora Marinera, La Sonora Miramar, La Orquesta de Ricaurte Arias, La Sonora Tropical, El Trío Los Zafiros, El Trío Oriental, Los Trovadores de Barú y La Sonora Calima.
Siempre mantuvo un grupo musical bajo su dirección con la infaltable presencia del popular “Conejo”, percusionista de los cueros que le hacía coro y que dejó impregnada su voz también en algunas de las grabaciones. Su conjunto acompañó a otros intérpretes, entre ellos a “Piper Pimienta” Díaz, triunfador del concurso de antaño “El Cantante de los 100 Barrios Caleños”. Alternó también con muchos artistas en presentaciones nacionales e internacionales.
En una ocasión fue acompañado por la Sonora Matancera, siendo cumplido uno de sus grandes sueños. Al final de sus años estuvo también ensayando con El Grupo Niche, orquesta con la que actuaron algunos de sus hijos.
Tito, Piper y Conejo habitaron en el barrio Simón Bolívar. Recuerdo una ocasión cuando Tito llegó con su grupo para presentarse en una reunión que había en la casa de Paco, un vecino muy popular del barrio, en donde ya le habían antecedido Raúl Figueroa y Los Alegres del Trópico. Cuando este grupo había finalizado se encendió el fosforito que era Orlando “Pistola de Palo” por un disgusto con un familiar a quien apodaban Adán y Eva, porque precisamente llevaba el primer nombre. Para finalizar la pelea se presentó un agente de policía vecino a quienes los muchachos le llamábamos “Balompié”, porque se la pasaba rompiéndonos las pelotas y balones por jugar fútbol en la calle; a este servidor público desgraciadamente se le ocurrió o se le zafó un disparo de revólver que rozó la frente de otro de los asistentes a la fiesta, Jesús Antonio “Chuchobiela”, quien era mecánico de la III Brigada del Ejército Nacional. Y “allí fue Troya”, porque nuestro agente del orden acabó con la pelea pero tuvo que “pagar escondederos a peso” ya que todos los de la fiesta se unieron para perseguirlo. Tito que acababa de llegar corría con su guitarra en la mano gritando “no…Orlando…no” y al igual que todos los músicos, los de Raúl y los de Tito sirvió de mediador y consejero de paz. Claro está la fiesta se acabó, porque hasta la Policía Militar hizo presencia y no pudimos escuchar al viejo Tito.
En el barrio contiguo, el Barrio Obrero, en muchas ocasiones coincidían en sus ensayos: Tito Cortez, el famoso bolerista caleño Raúl López, Olimpo Cárdenas, el bolerista Chepito Giraldo y Lucho Vásquez, el del Tren Lento. Fue la “Época de Oro” del Barrio Obrero en lo musical y en lo deportivo, porque también en este campo el barrio se destacaba con su aporte de grandes figuras al fútbol colombiano. Vale la pena recordar que Tito fue un aficionado y jugador de fútbol. Yo lo vi jugar con su equipo “Chorro de Humo” y entrenar también con la división profesional de América de Cali en los años 60´s.
Tito fue amigo personal de Daniel Santos con el que mantuvieron una relación de compadres.
El 18 de julio de 1994, en su amada Santiago de Cali, Tito partió para siempre.

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